jueves, 11 de diciembre de 2008

Detective Otefer en el caso de la mujer X

"Desde luego, a uno le cansaban estos casos, uno se hace detective, por usar su inteligencia, por mantener viva su creatividad y siempre la misma mierda. Con perdón. La cosa es, que a uno estos casos le hacen agrio, huraño y, la verdad, te pudres por dentro, no mucho, pero todo grano hace montaña y la mía es una montaña con suficientes granos, como para decir que estoy relleno de mierda. Llegará el momento que con tanto agriarme, no me aguantará nadie, si es que alguien lo hace aún. Me hice detective por resolver juegos de lógica, no por ver cómo se puede ser tan puta y ser tan elegante como la mujer X. Y puta en el peor sentido de la palabra. Pero dejaré mis prejuicios a un lado y seguiré adelante con el caso.Relataré tal y como sucedieron los hechos."

Continuará

lunes, 1 de diciembre de 2008

La piedra en el camino

"Y empezó a llorar, como nunca antes lo había hecho, por cometer el mismo error que no había cometido ni una ni dos veces, sino cientos. Y las lágrimas que recorrían la mejilla y se suicidaban en su barbilla, le gritaban al caer que no se dejara llevar, que no le pasara lo mismo que le sumió en la oscuridad, que un siete no puede disfrazarse de nueve, y que ahora era más fuerte que antes. Aquellas lágrimas suicidas le hicieron pensar, pero cuando un cuerpo está cansado no es tan fácil reaccionar. Necesitaba dormir, cien horas, con su almohada y despertar en otra época."

Extraído del libro: "El infierno del siete"