domingo, 25 de enero de 2009

Y hasta aquí...

...la función. Se ha cerrado el telón y me han aplaudido.Pero el eco del aplauso no es suficiente para liberarme de la angustia del telón cerrado, y de la oscuridad que hace entrar en escena al foso tras el escenario, donde me guardan hasta la próxima actuación y donde me devano los sesos y deshilo el alma esperando volver a actuar, sabiendo que quizás era la última vez que se abría al telón para dejarme llevar.

sábado, 24 de enero de 2009

La traición de la noche


La noche está aquí otra vez, y no sabe como explicarse, o eso creo, no ha abierto la boca desde que se ha sentado ahí, a mi lado. Y no sé si le habré hecho algo, y de verdad espero que sea algo que haya hecho yo y pueda arreglarlo. Pero es una terca, y no me habla. No me dice ni pío. Si no ha sido nada que haya hecho yo, es un poco casquivana. Me prometió mucho, demasiado, y lo estaba cumpliendo con creces. Noches de suerte y claridad. Sinceridad y diversión. Y la tranquilidad que necesitaba. Cada vez que venía me fundía en un abrazo con ella y no la dejaba ni por mis sueños hasta muy tarde. Pero se ha revelado y no sé que hacer, espero que sólo tenga una mala "temporada" y que no sea una mala "época". Aunque el tonto creo ser yo, mis sueños tampoco me hacen caso desde hace tiempo y cuando se pasan, ni te enteras de ellos. Espero que quiera hacer las paces conmigo. La próxima noche lo intentaré.

La foto: Un pequeñito comentario al respecto de la foto. La hizo mi compañero de piso Carlos con el trípode que le regaló su señora y ya le advertí que me gustaba, por eso no creo que le importe que se la robe. ¡Visitad su Blog! Me gusta porque es de larga exposición y es algo que me puede. Y porque os puede hacer ver el "World in my eyes", el pequeño lugar de Valencia donde paso parte de mi vida. Y sobre todo, porque si os habéis fijado en que tiene un color especial, es el color que tiene Valencia por las noches. Seguro que al final la echaré de menos. Porque el cielo es igual en todos los sitios, y al tiempo no le importa el espacio, qué descarado.

¡Buenas Noches!

miércoles, 14 de enero de 2009

Detective Otefer en el caso de la mujer X II

"La primera vez que la vi, me volví loco. A uno le gusta follar, como a todo tío debajo de una gabardina, pero esta vez no me volví loco por aquello. Esta vez fue su nariz, aquella dichosa nariz, que me hizo sentirme como una quinceañera. Sé que tengo demasiado pelo en el pecho como para querer parecer romántico, pero hubo una vez que mi corazón fue rojo y aquella vez se enamoró de esa nariz. Al pedazo de mujer que iba detrás de la nariz tampoco le quité el ojo de encima, claro está. Pero voy a contarles como llegué a verla por primera vez. Soy cojonudamente bueno en lo mío, y alguien se lo debió haber contado para que entrara aquella mañana en mi despacho, con tacones, medias de rejilla, una gabardina y un sombrero. Se sentó, a punto de dispararme un botón por la presión de sus pechos, y yo, sin apartar la mirada de su nariz, escuché su relato."

Continuará

Una sombra en la noche



Merano siempre viajaba de noche. La noche había ocupado un lugar importante siempre en su vida y a él le parecía siempre la mejor ocasión para sus largas travesías, mientras los demás dormían. Era un caballero del destino, algo con lo que nació, pero que desarrolló durante su vida, porque lo importante de un don, es usarlo y saber cómo. Pero, olvidándonos por el momento de sus inicios, hoy contaremos una de las primeras travesías de Merano y en la que falló en su deber.
Merano casi nunca cabalgaba, pero siempre iba con su caballo. Uno podría pasar horas describiendo sus armas, su arco y su espada, lo oscuro del bosque y los incesantes sonidos, pero todo ello, haría parecer a Merano un caballero normal, de los de castillo. Pero Merano no tenía castillo, y no era para nada normal, eso sí, era un caballero. Iremos por tanto a lo importante. Merano se encontró aquella noche con alguien, una dama de cabellos dorados que se descubrió ante él, primero por el olfato, por su extraño olor, para plantarse ante sus ojos y mostrar su belleza seguidamente. Ella sin embargo, prefirió no mirarlo mucho y seguir su camino.

Continuará