lunes, 1 de diciembre de 2008

La piedra en el camino

"Y empezó a llorar, como nunca antes lo había hecho, por cometer el mismo error que no había cometido ni una ni dos veces, sino cientos. Y las lágrimas que recorrían la mejilla y se suicidaban en su barbilla, le gritaban al caer que no se dejara llevar, que no le pasara lo mismo que le sumió en la oscuridad, que un siete no puede disfrazarse de nueve, y que ahora era más fuerte que antes. Aquellas lágrimas suicidas le hicieron pensar, pero cuando un cuerpo está cansado no es tan fácil reaccionar. Necesitaba dormir, cien horas, con su almohada y despertar en otra época."

Extraído del libro: "El infierno del siete"