Estar condenado a la soledad por ser un imbécil supremo.
Ir esbocado al fracaso por no entender, no saber no ver.
Comprender que no puede ser, ni ahora ni nunca.
Rendirse en unos ojos al hecho de que no eres como deberías ser.
Reducirte al más mínimo despojo y dejarte llevar.
Ser de otra galaxia.
Caer en la tentación de jugar, de interpretar.
No respetarse y morder alambre de espinas cada vez que se habla.
Alejarse por no sentir, no ser entendido, no entender.
Tropezar en la misma piedra, por querer ser duro.
Volverse tonto.
Volverse más tonto.
Ser tonto.
Ver que el día acaba con la noche y dejarle hacerlo eternamente.
Ver que la noche huye asustada y no defenderla.
Leer lo que escribes y que no te guste.
Sorprenderse en la noche jugando con fuego.
Tener miedo de ir a dormir.
No poder gritar por no tener voz.
Alex