
Se quebrantan ramas en el interior, un bosque entero y, siento, un desasosiego, un viento, las hojas se caen. El otoño por dentro. Una flor se asoma, millones de hojas caídas y un riachuelo. En el riachuelo, un salmón, y en el salmón las ganas por remontar el río. Naranja, marrón y rojo. Me tumbo y espero. Todo tan horrible, todo tan hermoso, todo tan ruidoso, todo tan tranquilo. Tanta muerte y yo tan contento. Busco primaveras, y lo que de verdad quiero es no encontrarlas y que las hojas no crezcan y que las flores perezcan. Quiero quedarme tranquilo, quiero quitarme los zapatos, quiero quitarme el corazón y guardarlo en la corteza de aquel árbol. Deseo una sonrisa por dentro, nada por fuera, sentarme y no preocuparme, sentir las hojas con los pies, el viento con la cara y escuchar los latidos del corazón con eco.